¿Qué tal te encuentras? Espero que bien.
Quizás te has de preguntar sobre el título, qué rayos va a ser lo que voy a tratar en esta vana entrada de blog.
Pues, si te das cuenta, hace mucho que no escribo nada. Nada. ¡Meses sin poner una simple letra acá! A ti de seguro eso no te extraña, no te hace efecto, no te genera nada. Y eso es bueno.
¿Por qué? Posiblemente porque te valga un comino mi existencia o porque ves que continúo con cada publicación programada de la página en facebook. Sí, programada; esas cosas han estado ahí hace meses atrás, yo paso a veces para revisar o no lo sé, la verdad no tengo idea de qué estoy haciendo en ese lugar aún.
Si eres una persona que me conoce o que ha leído mis publicaciones constantemente (en fb o aquí) debes saber que sufro de constantes altibajos emocionales.
Debido a esto, me cuesta ser sincera con cualquiera, en cualquier situación (suelo reservarlo todo).
Pero, precisamente, vengo a hacer eso... En otras palabras, a desahogarme (un poco).
Una vez, en una publicación dije:
Ya no quiero escribir, ya no quiero seguir dedicándole tiempo a algo sin sentido...
Pero continúo haciéndolo.
No, no me gusta provocarme dolor; simplemente me quedé atorada en el pasado. En eso que no para de repetirse constantemente en mi cabeza, eso en lo que siempre pienso cuando veo la luna o las estrellas, eso que siempre me hace despertar cuando solo quiero dormir.
Me carcomen viva las mentiras. Sí, todo lo que he dicho.
Alteré tanto mi historia que ya no tengo idea de cómo es. Quité personas, puse de más, borré sucesos e inventé otros, oculté recuerdos, acepté estar bien, fingí ser inocente, dije no haber cometido esa clase de tonterías, olvidé horas, olvidé palabras, lugares, días y noches.
Quisiera gritarles que he sido una mentirosa, que nada de lo que dije ha sido cierto. Pero no me van a creer.
Es como el tonto cuento del pastor y las ovejas; solo que ahora, de tanto que he mentido, ni siquiera yo me creo lo que digo. He llegado a asombrarme por las cosas que soy capaz de inventar con tal de «salvarme el pellejo».
Salvarme el pellejo, qué estupidez.
No ha sido solo por eso. No han sido «mentiras blancas», esas mentiras han sido monstruos egoístas y sombras tristes que trataban de protegerme de sucesos desagradables. Bien, quizás lo lograron al principio, pero ahora se han puesto en mi contra. Y no lo niego, no quiero inventar otra ola de mentiras para protegerme de nuevo, dejo que me hagan el daño que quieran y necesiten para dejarme en paz.
Soportar el dolor y la incertidumbre con que he dejado a los demás. Ponerme en su lugar, ser «empática», hacerme recordar que el karma si existe. Que en algún momento debo pagar cada una de las cosas que he hecho, malas por supuesto. Porque todo lo bueno que he hecho, es difícil decir que se me ha devuelto. ¡Claro, hay casos que se excluyen! Pero en su mayoría, todo es diferente.
... Aunque seguramente no les importó nada jamás.
Seguramente jamás les importé.
Es increíble ver como me ahogo en un vaso de agua... En una gota.
Fuera de todo esto, quería también abarcar este espacio para dar un pequeño «anuncio» de la página de fb.
Voy a tomarme un descanso. Un descanso de tiempo indefinido. [Seguramente va a ser de una semana porque no puedo vivir sin esa cosa].
Esto se debe a que, hasta cierto punto, me hastía muchísimo escribir tanta cosa melosa y sobre desamor. Soy bastante romántica y demás tonterías que detesto de mí, pero llego a cansarme de repetir una y otra vez lo mismo. Bueno, tal vez no sea lo mismo porque uso otras palabras; pero el chiste está en que llego siempre a la misma conclusión.
¡Ay, mi agridulce locura, mi todo y mi nada! Cuanto duele un amor no correspondido, ¡maldita sea!
La verdad es que esto de escribirle y de que (posiblemente) no me lea es un poco triste, creo.
No estoy derrochando letras, sentimientos, tiempo, ni nada; siento que estoy dejando volar lejos mis ilusiones y no tienen un lugar preciso para descansar, eso es todo.
Así que, por si ves alguna publicación en fb no pienses que regresé, simplemente eso ya estaba programado para estar ahí.
Y... eso nada más.
Como dije también en otra publicación:
Es en este tipo de publicaciones cuando dejo un poco de lado el lenguaje culto, para dar a conocer mucho de mí. Donde dejo de ocultarme y soy sincera conmigo misma...
Donde encuentro consuelo hablándole al aire sobre todo aquello que me hace perder la calma.
Cuídate mucho, criatura terrenal.
Por cierto, gracias por quedarte hasta el final de esta publicación, lo aprecio bastante.
Espero tengas el mejor de los tiempos divagando por ahí, te mando un fuerte abrazo, nos leeremos pronto, no sé qué tan «pronto» pero nos leeremos de nuevo, eso es seguro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario