Cómo han pasado los años meses, cómo han cambiado las cosas...
Luego de mi rústico regreso, qué raro es poder decir, a como es costumbre:
Muy buenas las tengas, mejor las pases y peor no resultes, criatura terrenal. Es un gusto poder volver.
Es gracioso (por un lado) el recordar que a principios de año, dije que quería hacer muchas más publicaciones y demás cosas aquí, porque realmente lo necesitaba en ese entonces; con aquello de hacerle competencia al año con más entradas (el respetable 2014), pero me quedé igual a como empecé, únicamente con cuatro entradas.
Pero ya qué, pues, ni modo.
Aquí, en este espacio, es donde vendría y, como ya me es costumbre, le echaría la culpa a mis estudios...
Y los pobrecitos ya no tienen nada qué ver, jajaja.
En resumidas cuentas:
- La universidad en la que estudio, está cerrada (tomada por estudiantes, realmente) y en protesta por algunas cuestiones de política sucia en la que se envuelve el gobierno del país y otras intenciones no muy limpias como para seguir manteniendo en pie la autonomía de la misma.
- Participé en un concurso en el que podía conseguir que una de mis novelas fuera publicada por una editorial medianamente conocida en mi país y pues, bueno, comenzar a tener la posibilidad de poder publicar las otras obras en las que he estado trabajando. Tal acontecimiento, terminó por tenerme así por casi un mes entero, puesto que quería entregar algo bonito y llamativo para el jurado calificador y... Los resultados... Pues... No lo sé, te los diré luego (es en serio, jajajaja, tengo la fuerte necesidad de rantear al respecto y como es mi espacio personal, lo haré con toooooooooodo el gusto posible; prepara palomitas, lo vas a disfrutar).
- Conseguí trabajo (omGGGGGGGGGGGG, JANNELIEEEEEEEEEEEEEES) pero fue por un tiempo relativamente corto y en cuestión de unos meses, terminé por quedar desempleada de nuevo, jeje (uatafAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAk).
- Participé en muchísimos eventos en los que pude dar a conocer un poco más y vender las cosas que hago (dibujos, pues).
- Viajé numerosas veces a México por cuestiones de negocios, hasta que la maldita inflación terminó por arruinarlo todo. Muchísimas gracias, guerras estúpidas sin fundamento ni sentido.
- Para beneficio de la trama del anime, terminé por volver a convenciones relacionadas a eso... El anime (oh, sí, se siente el olor a Kissaten no Anime en el aire) y debo admitir que me gustó mucho el ambiente; aunque el salón estuviera TOPADO de gente. Tengo considerado revivir el blog que mencioné anteriormente, jajaja, nada más por los buenos tiempos... Pero ya veremos qué pasa, no prometo nada (en realidad, me da mucha pereza seguir escribiendo ahí, no lo hago desde el 2013).
- Hace unos días (para la fecha en la que estoy escribiendo esto), tuve una entrevista bastante interesante en una estación de radio mexicana en línea, pude hablar con toda libertad de una de mis novelas; «Una Mínima Esperanza», para ser precisa. Fue algo nuevo para mí y me estaba muriendo de nervios (me contaron que la entrevista estará disponible en Spotify en unos días, cuando ya tenga el enlace, lo compartiré por aquí).
Oh, ¿qué hay de los demás días, Jannelies?
Deja te soy clara:
Pereza
Técnicamente eso se ha vuelto mi pilar de vida hasta ahora. Bendita sea la pereza.
Pero ya da igual, ¿verdad?, la cosa es que mantenga viva mi cueva de alguna manera u otra.
Ahora sí, tengo que escribir cosas que hagan que mis dedos prendan fuego por la rabia y el amor que me generan. Tomando como base esta imagen bonita que encontré por ahí en Facebook:
@sunlightafterdark
*Suspiro*
¡Maldita sea!, jajajaja, me es increíble ponerme a pensar sobre lo mucho que me he esforzado y lo poco que he conseguido para llegar hasta donde estoy. A una nada de poder decir que se fue otro año, a una nada de poder decir que siento que la vida se me va y no le he aportado nada al mundo, a un mundo lleno de habitantes a los que no les interesas en absoluto si no haces las cosas «en grande». Grandísima tontería misma.
¡Maldita sea!, jajajaja, me es increíble ponerme a pensar sobre lo mucho que me he esforzado y lo poco que he conseguido para llegar hasta donde estoy. A una nada de poder decir que se fue otro año, a una nada de poder decir que siento que la vida se me va y no le he aportado nada al mundo, a un mundo lleno de habitantes a los que no les interesas en absoluto si no haces las cosas «en grande». Grandísima tontería misma.
Siempre, y es que no me cansaré de decirlo, he tenido el problema con eso de no entender qué es lo que quiere la gente, qué es lo que más se consume, qué es lo que más abarca espacio entre los ojos, los sesos y el inconsciente que atrae (de alguna manera u otra) a la gente.
Por un lado me dicen que trate de entender las cosas que están «de moda», que todo aquello vende, es fácil de producir y así se puede conseguir un conjunto de personas afines a mi trabajo para luego mostrarles lo que realmente hago; por otro lado me dicen que siga haciendo lo que más disfruto, que las personas que se sienten identificadas se irán sumando y podré tener el reconocimiento que estoy buscando.
Y es que sí lo busco, por supuesto.
¿A quién carajos no le gustaría vivir de todo aquello que disfruta hacer, que ama hacer?
Es cierto que se nos fuerza a vivir bajo la sombra de un jefe, de una idea de compañerismo y trabajo en equipo toda distorsionada, de un trabajo que nos disgusta y que solamente estamos ahí porque debemos sobrevivir sin poder disfrutar de alguna manera las cosa que nos ofrece la vida.
No sé qué es lo que tenga qué hacer o a quién tenga que venderle mis órganos o alma, pero realmente me gustaría vivir de esto.
De ver que mis dibujos/ilustraciones causan algún impacto en la gente, de saber que hay alguien, en algún lugar del mundo, leyendo alguna de las novelas que escribí y disfruta de adentrarse en ese mundo ficticio que creé para mi y su disfrute.
Estoy cansada del refuerzo intermitente que ofrecen las redes sociales por las cuales debo, como mera oveja, seguir a los demás y compartir mi trabajo. Por que de forma física a nadie le interesa, a nadie llama la atención.
Toda esta maldita pereza se debe a eso, a ya no sentir motivación alguna por seguir haciendo lo que amo y simplemente pensar en lo inminente de tener que estar sentada en una cueva como rata de oficina, siguiendo las sombras proyectadas por las luces de arriba; con la vana esperanza de algún día estar ahí... Aunque termine perdiendo la vida en el proceso.
¿Un tanto «extremista» eso último?
Así lo veo, es mi percepción.
¿Gustas describirme la tuya?
Soñar bonito, con un día abrir los ojos y sonreír al ver que, no importando lo que haga, al Universo no le interesa esto, ni siquiera se da cuenta de todas estas letras y tiempo que he desperdiciado mientras me como el hígado a grandes bocados; ya que lo único que le interesa, es cuando vuelva al mismo.
La vana búsqueda humana de la infinidad, la ignorancia total de su infinidad innata.
Cálmate, corazoncito, levántate ya.
Así es como debe ir la vida.
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Gracias por pasar a leerme y regalarme tu tiempo.
Aún sigo con vida.
Nos vemos a la próxima, cuídate mucho.
Me gusta mucho tu forma de pensar pero creo que es lo que todos buscamos al fin y al cabo siento que todos tratamos de trabajar en algo que nos gusta para poder algún día dedicarnos a lo que nos gusta
ResponderBorrarEs un poco triste que sea de esa forma y no poder hacer lo que te gusta directamente. Dicen que debemos seguir un camino recto, cuando en realidad, estamos escalando una pirámide.
Borrar¡Saludos!, gracias por leer.
Mi objetivo es la jubilación, mientras llega, vivo. Y joder, la vida mata.
ResponderBorrarVivir mientras se puede, no importando qué tanto mate. ¡Saludos!
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