He de confesarte que, antes de ponerle un título a ésta entrada, pensaba dejarle algo así como: «Algo De Qué Hablar», porque, se remonta a esa época cuando me la pasaba callada y pensaba justamente en eso, en algo de qué hablar con los demás. Soy un asco para socializar, lo sé, lo conozco, lo tengo presente como tengo presente la soledad que siempre me acompaña y nunca me deja sola.
Creo que ya lo he dicho infinidad de veces, pero lo seguiré repitiendo hasta que me aburra, pero en éste tipo de entradas es dónde me gusta poder expresar todo lo que soy, lo hago sin necesidad de estar cuidado mi lenguaje y se me puede salir lo vulgar en cualquier ratito. Sí, quizás eso no sea bien visto en una «señorita» y por eso muchos de mis amigos me tratan como hombre; es gracioso, pero a fin de cuentas, no me importa en absoluto. Es mi vida, soy yo, son mis sentimientos y quiero dejarlos inmortalizados aquí, en un espacio que casi nadie conoce, que tiene menos de 5,500 visitas en los cinco años que lleva ya vivo éste proyecto, así que... ¿Qué me queda?, claro, aparte de leerlo todo yo sola una y otra vez cuando me gusta llenarme de nostalgia.
lunes, 28 de enero de 2019
miércoles, 16 de enero de 2019
Monólogo Monótono.
¡Hola otra vez!, ha pasado buen tiempo desde la última vez que me atreví a pasear por aquí.
De la nada se me fueron otros dos meses en un abrir y cerrar de ojos, cuánto no me pasó en ese tiempo... Bueh, dirán por ahí que es por algo y yo empezaré con mis reproches sobre qué carajo es ese «algo», entro en pensamientos existencialistas, fatalistas y todo lo que termine en «istas» hasta que mi maldita ansiedad me carcoma viva.
Pero bueno, no importa, has venido a leerme hablándole al aire y eso es lo que te daré.
Palabras al aire.
He de explicar, antes de empezar, que ésto empezó por un pequeño comentario (que por cierto, lo recibí hace ya bastante tiempo); decía que pareciese que hablo como si estuviese haciendo un listado...
Bueno, la verdad es que suelo llegar a ser bastante cortante cuando no me dan por dónde hablar.
Es decir, cuando comienzo con un tema, nada ni nadie me para hasta que exprese por completo mis ideas, no importando si vengo y termino divagando unas dos o tres horas.
Lo disfruto completamente.
Me gusta mucho poder hablar y hablar y hablar aunque no me sigan la conversación. Pero he de admitir que no me gusta cuando no me prestan atención porque... Entonces, ¿para qué me piden que hable?
También me gusta mucho hablarle a la nada. No, ya no pretendo que hay alguien escuchándome, porque suena bastante creepy pensar que hay alguien en la oscuridad o al fondo de la habitación acompañándome [aunque sé que lo hay]. A veces empiezo a discutir conmigo misma en inglés y termino por responderme en alemán [a pesar de que las oraciones jamás tengan sentido lógico, para mí lo tienen].
De la nada se me fueron otros dos meses en un abrir y cerrar de ojos, cuánto no me pasó en ese tiempo... Bueh, dirán por ahí que es por algo y yo empezaré con mis reproches sobre qué carajo es ese «algo», entro en pensamientos existencialistas, fatalistas y todo lo que termine en «istas» hasta que mi maldita ansiedad me carcoma viva.
Pero bueno, no importa, has venido a leerme hablándole al aire y eso es lo que te daré.
Palabras al aire.
He de explicar, antes de empezar, que ésto empezó por un pequeño comentario (que por cierto, lo recibí hace ya bastante tiempo); decía que pareciese que hablo como si estuviese haciendo un listado...
Bueno, la verdad es que suelo llegar a ser bastante cortante cuando no me dan por dónde hablar.
Es decir, cuando comienzo con un tema, nada ni nadie me para hasta que exprese por completo mis ideas, no importando si vengo y termino divagando unas dos o tres horas.
Lo disfruto completamente.
Me gusta mucho poder hablar y hablar y hablar aunque no me sigan la conversación. Pero he de admitir que no me gusta cuando no me prestan atención porque... Entonces, ¿para qué me piden que hable?
También me gusta mucho hablarle a la nada. No, ya no pretendo que hay alguien escuchándome, porque suena bastante creepy pensar que hay alguien en la oscuridad o al fondo de la habitación acompañándome [aunque sé que lo hay]. A veces empiezo a discutir conmigo misma en inglés y termino por responderme en alemán [a pesar de que las oraciones jamás tengan sentido lógico, para mí lo tienen].
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