Fría, amarga madrugada, Indie Rock junto con Rock Alternativo sonando de fondo, humo y latas en un rincón, una soledad que amenaza con no acabar jamás...
Y yo aquí, sonriendo, como que si nada pasara jamás.
Como si todo estuviera bien.
«Siempre estoy mal. Estar mal se ha vuelto algo normal para mí. Lo normal es bueno. Estoy muy bien, gracias».
«Pues sigo respirando y me encuentro bien físicamente, no tengo nada de que quejarme. El hablar si estoy bien sentimentalmente ya es otra cosa...»
– Palabras que digo cuando me preguntan por llamada telefónica o en persona: «¿Cómo estás?».
Me vuelvo un revoltijo de sentimientos y pensamientos tratando de entender a las personas, a los seres humanos y su compleja manera de pensar, actuar y vivir. A esos seres tan complejos que andan caminando sobre sus dos piernas entre amplias calles rodeadas de demás asquerosos seres corruptos como ellos y esas cosas.
Me repugna saber que soy una humana.