Milagrosamente me encuentro muy bien luego de un tiempo, así que, puedo venir y decir lo siguiente:
Muy buenas las tengas y mejor las pases, criatura terrenal.
El día de hoy paso solamente a... No lo sé, escribirme algunas cosas y explicarte algunas otras.
Porque, bueno, quiera que no... El escribir en éste preciso momento, es algo que me alivia bastante. Aquí puedo desahogarme a mi gusto y gana, añadiendo portazos en la cara.
Pero, la verdad, no venía a eso.
El primer asunto es que, de ahora en adelante (hasta nuevo aviso, no más para alivianar el asunto), tendré que hacer publicaciones así como las ves ahora. Cero imágenes, sin tanto formato o alguna otra personalización como la que yo le daba a todo lo que escribía con un chorro de esmero porque... Bueno, parece que Blogger y mi proveedor de internet (Clarobasura) tienen cierto bugcito con los servidores que no se ha solucionado y, no importa la imagen que cargue, SIEMPRE se va a ver «rota».
Y, para mí, es una bazofia.
Pero no me queda de otra más que seguir escribiendo así, sin tanta charada a como me gustaba hacerlo.
Imagino que esa ya es una señal de que se llegó el momento de volverme un poco seria con lo que escribo (o simplemente escribir a como se me de la regalada gana en un archivo de MS Word o abrir otro blog en otro servicio [esto es algo que he estado considerando mucho, ya que hace un buen de años −antes de iniciar con DKL y mucho antes de LA− tuve un blog en WordPress −cosa que ya maté porque daba mucha grima, jajaja−, pero será de ver si es demasiada la necesidad que llegue a tener con la misma]).
Igual, ya veré qué hago con el pasar de los días. Siempre voy a informar por acá sobre lo que decida, que al fin y al cabo, solamente yo me leo.
El segundo asunto es sobre las (muchas) publicaciones de éste año que «desaparecieron». Tienen un motivo y una razón muy muy personal para ya no estar. En verdad estoy totalmente dispuesta a hablar sobre eso pero, siendo sincera, ya logré que me diera lo mismo; así que no lo haré.
Solo, para finalizar, cabe destacar que me sigue asombrando la capacidad que tengo para escribir cuando tengo un sentimiento a «carne viva» y sí, esa es una bonita seña de que me siento viva (y de que sigo odiando sentir tanto).
El tercer asunto es sobre mi amadísimo, queridísimo y apreciadísimo Huevember. Se supone que éste año ya era la séptima «edición» que realizaba del mismo, pero por el problema mencionado en el primer punto, ya no lo terminé publicando acá. He considerado en publicar una que otra cosa en Instagram, pero por allá no me presta atención ni una mosca (ni en ninguna otra red social, mensa), así que... Mejor me lo quedo para mí y para las personas cercanas que me ayudaron a construirlo; porque (de nuevo) me fue difícil hacer un listado de cosas por dibujar.
Demasiado trabajo y emociones me terminan haciendo m*erda la creatividad.
Lo detesto.
El cuarto asunto es que, ya que llegaste hasta acá, déjame desearte lo mejor para estas fiestas de fin de año. Quizá tú y yo ya nos conozcamos, quizá no, pero nunca (y lo digo en serio) cae mal un abrazo.
Te mando uno y todos los que necesites. Recuerda que el otro año todo puede ir mejor, así que no desistas, aquí me tienes para darte los ánimos que necesites.
El quinto asunto es que... Sí, creo que ya llegué al límite de escribir, jajaja.
El quinto asunto es que ya llegué al final.
Y espero.
Realmente espero.
Que para un futuro no muy lejano.
Todo vuelva a la normalidad.
Que pueda abrir los ojos y dejar que la luz del sol me ilumine con sus rayitos dorados.
Así como tanto me gusta que lo haga.
Hasta otra.
Cuídate.
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