viernes, 22 de diciembre de 2017

Querido Diario: (7)

«Normalmente ante este tipo de situación, lo que acostumbro hacer es grabarme en video, en audio o algo parecido para tranquilizarme al escuchar mi voz, reírme de cada vez que inhalo para poder hablar y ver cada una de las facciones que mi cara hace.
Pero esta vez no tengo ganas ni de ver mi reflejo en el triste espejo que tengo frente a mi cama.
He tenido unos días difíciles.
Bastante, debo decir.
Digo, porque para cualquiera eso debe ser un problema pequeño que en un dos por tres se arregla.
Claro, cada quién mira de distintas formas sus problemas.
Yo, para todos y cada uno de los míos, los veo gigantes, invencibles, inmortales... Que al final, terminan siendo más pequeños que una hormiga... Tipo, una hormiga de azúcar, quizás. Pero, al engrandecerlos, todo se me complica.
Aquí vendría el típico pensamiento machista de "las mujeres por todo se complican", porque yo lo cumplo al pie de la letra.
No digo que, siendo hombre, no me estaría complicando la vida.
¡Claro que lo estaría!, ¡si para todo me la complico!
Soy una completa basura por ser así.
En serio me odio por eso.



Simplemente he tenido ganas de deshacerme la cabeza contra el piso.
No sé, sinceramente, qué es lo que pasa conmigo.
A veces, cuando voy de regreso a casa, pienso en lo bonito que sería que alguien me atascara un arma de fuego en la boca y disparara sin control hasta deshacerme el maldito cráneo.
Siendo honesta, he perdido un poco la motivación para el futuro.
Y sí, me duele aceptarlo, porque no me gusta ni siquiera decírmelo, hacérmelo ver claramente.
... Se me hace algo tan irreal...

Por más cosas buenas que intenten buscar en mí, van a encontrar nada.
Con decir que, hace unos días me asusté, porque sentí que estaba de vuelta en el 2015 haciendo dibujitos depresivos y llorando por ver una mosca volar.
Ya no sé qué está bien.
Ya no sé qué está mal.
Ya no sé cómo reaccionar ante las cosas que me pasan.
Solo quisiera desvanecerme como el humo que despido por la boca cuando estoy fumando.
Solo quisiera dejar de existir.
Ya no quiero seguir llorando por nada y por todo.
NO SÉ, SOLO QUIERO PARAR TODO ESTO Y BAJARME DE ESTA LOCURA.
Todo me da miedo.
Absolutamente todo.
Hasta yo.
Me tengo miedo...
No puedo.
Ya no.
...»







-Principios de diciembre del corriente [2017].

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