viernes, 27 de diciembre de 2019

Vor und Nach. (2)

Buenas, criatura terrenal. Espero te encuentres muy bien.
Es gracioso ver cómo ocurren las cosas, como coincido conmigo misma y cómo el mismo tiempo me empuja a hacer esto... Cuatro años han pasado desde la última vez que me había sentido tan... Extraña (porque no estoy mal ni bien). Así que, como en ese tiempo, recordé un dizque poema que escribí hace... ¿Qué?, como tres años atrás; sentí de nuevo la necesidad de hacer un «Antes y Después» del mismo, solo que ahora intenté hacerlo bastaaaaaaante distinto a un poema. No porque haya perdido la práctica y esas tonterías, sino porque... La razón para escribirlo lo requiere.
Así que, como dice en la „Vor und Nach“ anterior: «... No sé, sólo publicaré esto antes de arrepentirme y jamás hacerlo».



Vor

„Du“
~Tú~

Luces intermitentes,
Uniendo caminos.
Ibas levantando los pedazos de mis esperanzas,
Sobre mi alma destrozada.

Encontraste tesoros,
Decidiste quedártelos.
Usaste todo lo que estuviese a tu alcance
Ante todas las adversidades;
Rompiste esquemas,
Doblaste esquinas y
Olvidaste, nuevamente, pequeños detalles.

Estuviste cerca, tantas veces;
Solo una oportunidad había y la aprovechaste.
Como lluvia a desierto, llegaste
Ocultándote entre las sombras,
Buscabas ganarte mi atención...
Amor recibiste
Rojas eran mis mejillas al momento de besarte.

Supiste cómo ubicarte entre el
Oscuro camino que llevaba a mi vida.
Leíste las advertencias y
Órdenes no seguiste.
Reíste ante tales tonterías.
Zigzagueaste las mismas y las ignoraste,
A pesar de las nuevas circunstancias.
Nuevos puntos de vista a mi vida llegaron, otras opiniones, una oportunidad...
Otra persona soy y eso... Es lo mejor que me ha pasado en la vida.





Nach

„Elegie“
~Elegía~

Lucías tan bien en tu trono, como un monarca de esa era en la que todo brillaba. Te veías bien, sonreías feliz, suspirabas tranquilo estando entre mis brazos.
Unas tantas veces todo tembló a nuestro alrededor, ¿recuerdas?, pero nos mantuvimos firmes como dos pilares inquebrantables. Éramos fuertes, poderosos, capaces.
Inventaste tantas cosas, tantas formas... Para que ambos compartiéramos cantidades interminables de tiempo. Nos hicimos eternos esas noches entre música, risas y unos cuantos cigarrillos camino a casa.
Silencio que nos acompañó esa madrugada que nos escapamos a olvidarnos de nuestras responsabilidades; viendo cómo las chispas saltaban de esa pequeña lumbre que salía de tu encendedor, ese que tenía grabada la palabra "Stolen" en la carcasa.

Entre cerré los ojos, ya no estabas.
Dijiste que ya no querías regresar;
Usaste cuánta excusa pudiste para no volvernos a ver.
Ante tu indiferencia
Rogué un poquito de comprensión.
Dudaste. Yo sé que lo hiciste.
Ojos tuyos, los que ya no volvieron a ser.

Escondías tu rostro de mí, detestabas que te viera llorar pero era imposible ocultarlo. Lo sabes bien.
Solo esa vez pude tenerte de nuevo junto a mí.
Cada día pasaba, cada palabra que te callabas... Cada cosa horrenda la que me hacías.
Opresión tan despreciable la que esa noche sentí en mi pecho. Ya no estabas solo. Me habías olvidado.
Bajé de inmediato de esa nube sobre la que me había quedado. Mamá me escuchó llorar de camino a casa, dijo que era mejor que mis ojos lo vieran todo. Yo no podía creerlo. Lo odiaba. Te odiaba. Te odié.
Aligeré mi carga (supongo) hasta el punto de sentir que estaba vacía de nuevo. Era aterrador pensar que definitivamente te había perdido y tú ahí, como si nada hubiera pasado, como si nunca hubiese existido tiempo entre nosotros.
Retrocediste al verme de nuevo esas tres veces. Volteaste la mirada y luego volteaste la espalda. Supuse que era porque estabas lastimado. Supuse que era porque tú también me odiabas. Supuse tantas cosas que, a fin de cuentas, pude ver que ya no eras tú... Te habías perdido.

Sonreíste. Sonreíste bonito esa noche. Se sintió bien.
Ocupé sentarme frente a ti intencionalmente. Me mirabas bien.
Liberaste una que otra palabra hacia mí. Me hicieron bien.
Óctupla (o quizás más) de canciones las que sonaron. Sonaron bien.
Repetí tu abrazo. Repetí tu beso. Repetí tu voz. Estuvo bien.
Zapatos negros, zapatos café. Se deslizaban bien.
«Adiós, gusto de verte, con cuidado». Te escuchaste bien.
No supe si me esperaste, pero te vi caminar despacio. Te vi bien.
Olvidé eso de que me olvidaste, porque te vi esperar hasta que me fuera... Estoy bien.



«Mi luna ya no tiene nombre».

-------------------------


Es interesante ver los cambios que he tenido... En fin.

Gracias por llegar hasta acá. Te deseo muchos ánimos y éxitos en todo lo que tengas planeado hacer; felices fiestas y cuídate mucho. Nos leeremos de nuevo cuando... Las cosas tengan un enfoque distinto, será en un par de meses tal vez, no lo sé.
Hasta otra, un abrazo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Transparent White Star