Querido Diario: (3)

Creo que he revivido de la muerte, esa que tanto me atormentó y me hizo sentir como si no hubiera otro motivo en la vida por el cual poder seguir luchando. Esa cosa que me hacía sentir que no valía nada y que significaba lo mismo que un cero a la izquierda para los demás...


... Y todo cambió...


El tiempo no ha perdonado nada, ni siquiera me ha perdonado a mí. Sufrí muchísimo y me encerré en el mismo. ¡Cuanto tiempo desaproveché por llorar en vano!

... Cerré los ojos a una hermosa realidad...



He vuelto a abrirlos, a cambiar nuevamente mi manera de pensar, a poder amoldarme a esa realidad hermosa de la cual estaba escapando erróneamente... A ser quien yo había deseado ser desde un principio.

Me levanté de esa caída, de esas espinas que atravesaban mis rodillas, de ese dolor que desgarraba mi alma... Salí con vida de ese mar que cada vez se tornaba más y más violento.

Conocí más personas; personas con las cuales he congeniado mucho, he vivido cosas que no imaginé ocurrirían en mi vida... Volví a la vida.



Aunque, en lo más profundo de mi alma, habita esa parte de la que tanto me hablaron. Esa parte que conformó mi pasado.

Ese pasado del cual nadie puede huir.

Sé que me acompañará de por vida, que jamás me abandonará... Y lo agradezco.
Lo agradezco porque me enseñó a vivir, a que puedo cometer errores, que puedo tener miedo, que puedo ser lo que quiero, que puedo hacer lo que quiero...



Hay personas que valoran el que esté a su lado, en su vida, con ellos... «No importando qué».

Daría, doy y daré todo lo que esté a mi alcance para poder ver a alguien sonreír, saber que está bien y saber que continuará con todo lo que hace para, llegar un día, lo más lejos que pueda. Y poder quedarme a su lado, celebrando su triunfo.

Vale la pena sonreír.
Demostrarle a los demás que, aunque sufras, eres feliz.
—¡Finge ser feliz! -me dijeron una vez-, porque con el tiempo, esa mentira, se volverá en una realidad. Mantén tu sonrisa, levanta la cabeza y camina, hay mucho camino que recorrer y triunfarás...



Sé que los recuerdos me mortificarán, la felicidad en algún momento desaparecerá, puesto que es efímera, los malos momentos pueden volver... Que puedo volver a recaer en mi acostumbrada tristeza. Pero esta vez, estaré preparada para lo que venga. Lo estoy.



—Los más débiles, serán los más fuertes –escribió en aquel dibujo...

... Y se volvió realidad...

¡Saludos a todos! Quiero agradecerles ya por las novecientas treinta visitas al blog, en serio, muchísimas gracias, estamos cerca de las mil y es algo que me alegra muchísimo, puesto que sin sus visitas y sin ustedes, esto no sería nada.
Lo sé, me he puesto un tanto cursi y esas cosas, me he salido de mi original contexto depresivo, pero esta vez vale demostrar lo feliz que he estado últimamente, a pesar de tener miedo de «perder» mi mano derecha...

Gracias por leer, por estar ahí, al otro lado de la pantalla.
Cuídate mucho, que tengas un buen tiempo paseando por ahí, ¡nos leemos a la próxima~!